domingo, 13 de octubre de 2019

Hespérides. Anuario de investigaciones. Del 1 al 26 (1993-2018)

Hespérides. Anuario de investigaciones



Año 1993, Número 1. 


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Año 1994, Número 2

Índice: 

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Año 1995, Número 3

Índice: 

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Año 1996, Número 4

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Año 1997, Número 5


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Año 1998, Número 6

Año 1999, Número 7

Año 2000, Número 8

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Año 2001-2002, Número 9-10



Año 2003, Número 11.


Año 2004, Número 12

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Año 2005-2006. Número 13-14.

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Año 2009-2010, Número 17-18

Año 2011-2012, Número 19-20
Año 2013-2014, Número 21-22
Año 2015-2016, Número 23-24
Año 2017-2018, Número 25-26

Índice: 

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Hespérides: Anuario de investigaciones. Número 1. Año 1993

Hespérides: Anuario de investigaciones

Año 1993, Número 1

Dedicado a: Homenaje a Antonio Herrera García, Presidente de Honor


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ADHESIONES AL HOMENAJE

(01).- Soledades de Antonio Herrera, por José Antonio Gómez Marín, pp. 27-30
(02).-Tres calas en la vida sevillana del siglo XIX, por Francisco Aguilar Piñal, pp. 31-42
(03).-Seguros marítimos en la Sevilla del siglo XVIII: sobre la creación del oficio público de escribano de seguros y la compra del mismo por portugueses, Antonio-Miguel Bernal Rodríguez, pp. 43-54
(04).- Las Procuradurías de Indias de la Compañía de Jesús en Sevilla, Antonio Domínguez Ortiz, pp. 55-68
(05).-Nuevos datos sobre el Hospital de la Misericordia de Carmona, por Manuel González Jiménez, pp. 69-78.
(06).-Para una biografía de Blas Infante: algunas reflexiones, por Juan Antonio Lacomba Abellán, pp. 79-92
(07).-De Floovant al Burlador (sobre la leyenda sevillana de Don Juan), Francisco Márquez Villanueva, pp. 93-116
(08).-La noblesse andalouse et les affaires au XVI siècle: la cas de marquis d'Alcalá de la Alameda, 1585-1604, por Pierre Ponsot, pp. 117-122. 
(09).-Un alcalde palentino, señor de horca y cuchillo con derecho a pernada en el monasterio de monjas agustinas de Hornillos (Palencia), 1525-1532, por José Sánchez Herrero; Rosario López Bahamonde (col.), pp. 123-150
(10).- Castilla, plataforma de la gesta colombina, por Julio Valdeón Baruque, pp. 151-167

APORTACIONES DE LOS ASOCIADOS
(11).- Hespérides: apuntes para una historia, por Santiago Martín Guerrero, pp. 167-182
(12).- Estudio de la "Revuelta del Arrabal" de Córdoba, a través de las fuentes árabes, por Inmaculada Martín Buenadicha, pp. 183-198
(13).- "Coroneles, Guzmanes, Cerdas y Biedmas": documentos para su historia en el Archivo de Santa Inés de Sevilla, Laureano Rodríguez Liáñez, 199-216
(14).- Las rentas decimales del obispado de Almería a finales del siglo XV y comienzos del XVI: su valoración como eje económico en la formación de la Iglesia de Estado, Jesús María López Andrés, 217-228
(15).- La repoblación de Albacete de Órgiva y sus lugares: Beneciet, Benisalte, Pago y Sortes, como paradigma de la repoblación de la Alpujarra de Granada. (16).- Toponimia e historia, Faustino Rodríguez Monteoliva, 229-246
(17).- El retablo de la capilla mayor del convento de San Francisco de Ayamonte, José Román Delgado, 247-266
(18).- Las Beatas de Úbeda: una forma marginal de vida religiosa femenina. Siglos XVI-XVII, María Josefa Parejo Delgado, Adela Tarifa Fernández, 267-278
(19).- Gobierno municipal en la Edad Moderna: regidores y oficios "cadañeros" del concejo malagueño, Andrés Sarriá Muñoz, 279-294
(20).- El patrimonio municipal en la vida local: de la apropiación oligárquica al reparto, Rodrigo Fernández Carrión, 295-314
(21).- Aspectos de la vida de Huéscar (Granada) en el siglo XVIII a través de las actas de su concejo, Julián Pablo Díaz López, 315-330
(22).- Religiosidad popular y conflicto: un ejemplo bastetano, Antonio Luis Cortés Peña, 331-348
(23).- Población extranjera en Almería a finales del siglo XVIII, Miguel Angel Rubio Gandía, Manuel Gómez Cruz, José Miguel Reyes Mesa, 349-362
(24).- La población gitana en la ciudad de Almería y su partido en el siglo XVIII, Manuel Gómez Cruz, José Miguel Reyes Mesa, Miguel Ángel Rubio García, 363-372
(25).- Muerte y religiosidad en Villacarrillo al final de la Edad Moderna, Ana Olivares Moreno, 373-388
(26).- La inmigración andaluza al norte de África en el siglo XVIII: caso del presidio de Ceuta, Antonio Carmona Portillo, 389-406
(27).- Crisis en la Córdoba del siglo XIX: el paro, el cólera y el murallón del río, Juan Rafael Vázquez Lesmes, 407-422
(28).-Granada ante el cólera de 1855: estudio de su organización sanitaria, José Antonio Jiménez López, 423-438
(29).- La masonería rural granadina: la logia Lumen de Lumine, de Algarinejo, Francisco López Casimiro, 439-448
(30).- Participación de la diócesis de Guadix-Baza en los Congresos Católicos Nacionales de Sevilla (1892) y de Burgos (1899), Manuel Jaramillo Cervilla, 449-458
(31).- La nueva población de Rosal de la Frontera en el siglo XIX, Manuel Moreno Alonso, 459-468
(32).- La polémica sobre la emigración a América en Málaga a fines del siglo XIX, Elías de Mateo Avilés, 469-480
(33).- El cambio social en Andalucía Occidental: el foco sevillano a mediados del siglo XIX, José Domínguez León, 481-496
(34).- Inversión de capitales y formación de patrimonios latifundarios en el primer tercio del siglo XIX, Antonio Florencio Puntas, 497-508
(35).- La propiedad de la tierra en Cúllar Vega según el amillaramiento de 1908, Mª Ángeles Vida Roviralta, 509-518
(36).- Un ejemplo de colonización agraria en Andalucía: la colonia de Galeón en Cazalla de la Sierra (Sevilla), José Luis Martín Romero, 519-528
(37).- Las colonias escolares municipales de Sevilla durante la Segunda República, Carlos Algora Alba, 529-544


AMÉRICA Y FILIPINAS
(40).- Cambios en la demanda y oligopolio de la oferta: un nuevo enfoque de las relaciones comerciales entre España y las Indias (1580-1630), Lutgardo García Fuentes, 545-560
(41).- Lobo Guerrero-Esquilache, un modelo de la conjunción Iglesia-Corona: el Colegio de caciques, Jesús Moreno Gómez, Eduardo Anguita Galán, 561-578
(42).- Aproximación a la delincuencia en el México del siglo XVII a la luz de algunos documentos del Archivo General de Indias, Virgilio Fernández Bulete, 579-586
(43).- La imprenta del Consulado de Cartagena de Indias, Angel Alvarez Romero, 587-596
(44).- Morfología, génesis y evolución urbana de la ciudad colonial de Santo Domingo en República Dominicana, Angel Luis Vera Aranda, 597-610
(45).- Los aires de la Ilustración en Filipinas: Simón de Anda y Salazar, electo gobernador, José Cosano Moyano, 611-623

    VARIA

    a).- Geografía y Urbanismo.
    (45).- Aproximación al análisis histórico-geográfico de la destrucción del medio ambiente, Josefa Frontana González, 627-638
    (46).- La actividad comercial al por menor en Cartagena (Murcia) y su área funcional, José María Serrano Martínez, 639-654
    (47).- Pervicencias del urbanismo arábigo en el municipio de La Algaba, Francisco Velázquez Clavijo, 655-662

    b).- Historia general y de España.
    (48).- Tacitus consensus omnium: lo jurídico y lo político en la Antigüedad Romana, J. C. Tellería Sebastián, 663-672
    La Hispania Romana en la obra de Silio Italico, Enrique Gozalbes Cravioto, 673-684
    (49).- Actitudes institucionales ante los bienes eclesiásticos en Castilla: siglos XVI-XVII, Antonio Luis López Martínez, 685-698
    (50).- Bienes de propios del concejo de Llerena en los siglos XVII y XVIII, Natalia Pineda García, 699-714
    (51).- Estructura económica de un hospital toledano, Hilario Rodríguez de Gracia, 715-730
    (52).- Histeria y control de la mujer en España en el siglo XIX: una estrategia en la construcción del ideal de género, Andrés Moreno Mengíbar, 731-740
    (53).- El laicismo español en los prolegómenos de la Segunda República: la Liga Nacional Laica (1930-1937), Julio Ponce Alberca, 741-754
    (54).- Octubre de 1934 en la prensa gaditana, Manuel Baraja Montana, 755-770
    (55).- Los primeros cambios en el Este en la Prensa española, M. A. Rincón Palacio, 771-786

    c).- Diversa.
    (56).- Del goticismo al gótico, Julio Armesto Sánchez, 787-796
    (57).- San Petersburgo o la búsqueda de fuentes históricas españolas, Antonio (45).- García-Benítez, 797-808
    (58).- Saberse y sentirse (B. Gracián y M. Zambrano dos calas históricas en el conocimiento de si), José A. González Núñez, 809-822

    EPÍLOGO
    (59).- El castillo de Aznalcázar o La persistencia del pasado en la memoria popular: última lección impartida en el Instituto "San Isidoro", de Sevilla, Antonio Herrera García, 823-842

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    sábado, 12 de octubre de 2019

    miércoles, 25 de septiembre de 2019

    Entrevista.- Ramón Corzo: “Es muy posible que encontremos una gran ciudad tartésica”


    RAMÓN CORZO.- ARQUEÓLOGO, CATEDRÁTICO Y ACADÉMICO DE BELLAS ARTES
    “Es muy posible que encontremos una gran ciudad tartésica”

    • Experto en el mundo y el arte fenicio-púnico, ha repartido su dilatada vida profesional entre la dirección de museos, el trabajo arqueológico y la docencia universitaria


    Corzo, en su despacho de la Universidad.Corzo, en su despacho de la Universidad.
    Corzo, en su despacho de la Universidad. BELÉN VARGAS



    Ramón Corzo (Sevilla, 1951) ha repartido su vida profesional entre los museos y la universidad, la investigación y la docencia, Cádiz y Sevilla... Discípulo de Antonio Blanco Freijeiro, lo que lo emparenta con lo más granado de la arqueología española, empezó como miembro del Cuerpo Facultativo de Conservadores de Museos y llegó dirigir los de Zamora y Cádiz, así como el Conjunto Arqueológico de Itálica y la Casa de Murillo de Sevilla. Como arqueólogo e historiador del Arte ha dedicado gran parte de sus esfuerzos al mundo fenicio-púnico. Su labor fue determinante en el hallazgo del sacófago antropoide femenino que actualmente se encuentra en el museo gaditano, una de las piezas cumbres del arte realizado por los llamados “fenicios occidentales”. También ha realizado investigaciones sobre las épocas romana y la ibérica, entre otras. Actualmente, es catedrático de Historia del Arte en la Universidad de Sevilla y miembro de la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría, numerario de la de Cádiz y correspondiente de la de Historia.
    –¿Qué vinculación tiene con Zamora?
    –Fue el primer destino que tuve recién sacada la oposición de conservador de museos.
    –Aprovechó su estancia allí para hacer su tesis doctoral.
    – Sí, sobre San Pedro de la Nave, una iglesia visigoda que se encuentra en El Campillo. Durante el tiempo que estuve de profesor ayudante de don Antonio Blanco Freijeiro asistí a un curso muy bueno sobre arqueología cristiana española del profesor Helmut Schlunk, que fue el primer director del Instituto Arqueológico Alemán de Madrid. Aquello levantó mi interés e hizo que aprovechase el tiempo que viví en Zamora para trabajar en el tema.
    –¿Conoció personalmente a Schlunk?
    –En ese tiempo, 1977, fue cuando profanaron la Cámara Santa de Oviedo para robar las piedras y los metales preciosos de la Cruz de los Ángeles, la Cruz de la Victoria y la Caja de las Ágatas. Una vez recuperado lo sustraído, que había sido machacado, Schlunk participó muy activamente en su restauración, por lo que viajaba mucho a Oviedo y pasaba por Zamora, donde solíamos hablar… Allí no había otra cosa que hacer.
    –¿Se aburrió?
    –No, pero fui director de un museo que hacía cuatro años que lo habían derribado.
    –¿Cómo?
    –El museo provincial estaba en el convento de Santa Clara, monumento nacional, pero aquello le gustó al delegado de Hacienda y lo derribó para hacer una plaza y las oficinas de su departamento. Con la misma excavadora que derribaron la iglesia trasladaron las piezas a otro templo, donde estaban de cualquier manera. Cuando yo me hice cargo de aquello, Pío Cabanillas era ministro de Información y Turismo, y pasaba mucho por Zamora camino de Galicia. Yo le decía que había que hacer algo y él me respondía: “Aquí estamos todos interinos…”. Lo único que tenía que hacer en todo el día era ir por la mañana a la iglesia y ver que no habían robado ninguna pieza… Tuve mucho tiempo libre para investigar y dedicarme a la tesis.
    –Es decir, que fue conservador de museo antes que profesor…
    –De los alumnos de don Antonio Blanco dos nos dedicamos a museos, José María Álvarez, que hasta hace poco fue director del Museo Nacional de Arte Romano de Mérida, y yo.

    EL QUE LA JUNTA GESTIONE LOS MUSEOS PERO ESTOS SEAN DE PROPIEDAD ESTATAL HA SIDO UNA EQUIVOCACIÓN
    –Sin embargo, usted se pasó a la universidad.
    –Me fui cuando me aburrí. La figura del director de museos se convirtió en un simple gerente que estaba todo el día haciendo papeles… Nada de investigación ni de divulgación… eso se le encargaba a empresas subcontratadas.
    –El desembarco de la Junta en la gestión de los museos, ¿fue positiva o negativa?
    –Al principio fue muy positiva, porque había mucho interés. Se hizo la Ley de Museos de Andalucía, que era muy aceptable. Pero todo se quedaba en la normativa, porque no había un duro para los proyectos.
    –De ahí los muchos problemas del Museo de Bellas Artes y el Arqueológico.
    –Una de las principales equivocaciones, en materia de cultura, de la creación de las autonomías fue ese reparto por el cual la gestión depende de la Junta de Andalucía, pero la propiedad sigue siendo de la Administración central. Eso genera muchos problemas, sobre todo cuando los gobiernos de uno y otro lado no son afines. El dinero de las obras para el Bellas Artes y el Arqueológico lo tiene que poner Madrid, por lo que la Junta se lava las manos.
    –Antes ha hablado de don Antonio Blanco Freijeiro, uno de los grandes arqueólogos e historiadores que han enseñado en la Universidad de Sevilla.
    –Blanco era el alumno más importante de García Bellido, el primer arqueólogo clásico de España. Don Antonio tuvo una formación muy buena: Alemania, Inglaterra… las mejores universidades de Europa. Su bagaje de conocimiento era impresionante y como docente era muy exigente. Yo entré de profesor ayudante porque había echado a mi predecesor. Don Antonio le había encargado que tras el verano, en septiembre, se presentase con la tesina ya hecha. No lo hizo… a la calle. Tenía claro que en la Universidad se debía trabajar, investigar, escribir artículos, ir a congresos… Pero era muy generoso: a los alumnos de arqueología clásica les daba un seminario de alemán, fuera del programa oficial y sin cobrar más. Recuerdo que en una de mis primeras intervenciones en público, durante el congreso del bimilenario de Segovia, me pasé todo el tiempo con la mano en el bolsillo… Me echó una bronca…
    –Una de sus especialidades como arqueólogo e historiador es el mundo fenicio-púnico. Siempre hablamos mucho de nuestra herencia romana o árabe, pero olvidamos la fenicia o cartaginesa. Para nosotros, ser fenicio es ser una persona interesada, taimada…
    –Blanco siempre comentaba que Jacobsthal, el gran catedrático de Oxford especializado en orfebrería antigua, decía: “Para los fenicios el arte no es más que una vaca que da leche”. El arte fenicio siempre estaba muy limitado por la función comercial. Este pueblo nunca tuvo unas aspiraciones artísticas como el griego.

    JACOBSTHAL DECÍA QUE “PARA LOS FENICIOS EL ARTE NO ES MÁS QUE UNA VACA QUE DA LECHE
    –Está claro que los romanos ganaron la guerra de la propaganda.
    –Con las invasiones de los asirios y los babilonios, los fenicios habían perdido todo su poder, pero quedaron los que Bellido llamaba “los fenicios de occidente”: Cartago y Cádiz, que mantuvieron un arte que guardaba mucho de sus ancestros, pero que también tenían un deseo de emulación del mundo griego.
    –No se puede hablar del mundo fenicio-púnico en la Península Ibérica sin hacerlo de Tartessos. Dos mundos que a veces llegan a confundirse.
    –Poco a poco cada vez distinguimos mejor lo que son piezas fenicias, tanto las de importación traídas del Mediterráneo oriental como las realizadas en las colonias de la Península, de esas otras que pertenecen a ese mundo orientalizante del interior que es Tartessos.
    –Haré una vez más la pregunta, ¿qué es Tartessos?
    –Es el resultado de la relación de los indígenas más antiguos, los del mundo megalítico y el bronce, con los nuevos colonos fenicios. Sobre todo supone la creación de un gran sistema comercial basado en la minería que supondrá el enriquecimiento de las poblaciones tartésicas. Esto permitirá el desarrollo de un arte en el que influirán de manera decisiva los objetos que traen los fenicios, que no sólo son los de su cultura, sino también griegos, etruscos...
    –¿Y la escritura tartésica, la hemos conseguido por fin descifrar?
    –Sabemos cómo suenan las palabras, pero no lo que significan. Yo creo que tarde o temprano lo lograremos. Afortunadamente, como le digo a mis alumnos, queda mucho por descubrir.

    SABEMOS COMO SUENA LA ESCRITURA TARTÉSICA, PERO NO LO QUE SIGNIFICAN SUS PALABRAS
    –¿Descartamos ya definitivamente la búsqueda de la gran ciudad de Tartessos como la que buscó Schulten?
    –Tartessos es sobre todo un río, que es el Guadalquivir. También es una región y, sobre todo, un lugar de comercio, un emporio. Eso es lo que dicen fundamentalmente las fuentes escritass. Las referencias a una gran ciudad que está en una isla entre dos brazos de un río, etcétera, pertenecen a textos muy tardíos, donde se confunden la Atlántida y Tartessos. Algunos escritos identifican directamente esta ciudad con Cádiz… Otros dicen que es Carteia, en San Roque… Pero es muy posible que en cualquier momento localicemos una ciudad tartésica de entidad… Puede ser el mismo Carambolo, yacimiento del que sólo se ha excavado la corona del cerro, donde está el santuario, pero no lo que llamaba Carriazo el “poblado bajo”, en la ladera, donde debe haber una ciudad importante. También puede estar debajo de Carmona o en Alcalá del Río… o en el Cerro Macareno…
    –¿Y Sevilla? Hace poco Miguel Ángel Tabales descubrió en el Patio de Banderas restos que parecían ser tartésicos.
    –La época tartésica en Sevilla está documentada con algunos restos (muritos, algo de cerámica…) que probablemente daten del siglo IX a. C., pero, por ahora, estamos hablando de un ámbito muy pequeño.
    –Siempre se habla mucho de Tartessos y Andalucía, pero en Extremadura también hay yacimientos muy interesantes.
    –Sí, pero es un tartésico más indoeuropeo que oriental. Es lo que vemos en yacimientos como Cancho Roano, que nos enseñan un mundo indígena muy influidos por lo tartésico. Es el reflejo del gran poder económico y cultural de Tartessos.
    –Está el mito romántico del gran descubrimiento, como el hallazgo de la momia de Tutankamón. ¿Cuál fue el suyo?
    –Sin duda el sarcófago antropoide femenino de Cádiz, que apareció en una obra cuya vigilancia arqueológica la realizaba yo. Surgió al final, cuando una máquina estaba destruyendo los antiguos cimientos de un chalet que había existido anteriormente en el solar.

    NUNCA SE SUPO MUY BIEN QUE SE QUERÍA HACER CON LA CASA MURILLO DEL BARRIO DE SANTA CRUZ
    –En el cuaderno sobre arte fenicio-púnico que usted escribió para la colección de Historia 16 denuncia que se pudieron destruir muchos de estos sarcófagos fenicios, que era muy raro que hubiesen aparecido tan pocos.
    –La duda siempre estará ahí. Cuando descubrimos el sarcófago nos vino mucha gente a denunciar que en tal o cual obra había aparecido uno y lo habían destruido… También es verdad que la gente tiende mucho a exagerar…
    –Lo cierto es que el sarcófago es una pieza impresionante y no hay muchos de su tipo...
    –Muy pocos, unos ciento y pico, de los cuales la gran mayoría aparecieron en la Fenicia original. Luego hay un par de ellos en Sicilia, otro en Alejandría, los de Cádiz… y poco más.
    –No me gustaría acabar esta conversación sin hablar de la Casa Murillo, en el Barrio de Santa Cruz, de la que usted fue director, pero por la que nunca se apostó claramente.
    –Es que nunca se supo muy bien lo qué se quería hacer. Cuando se creó, en relación directa con el Museo de Bellas Artes, se pretendía darle un sitio propio a la figura de Murillo en Sevilla, en la casa en la que probablemente fue la última en la que vivió el pintor., y se hizo una recreación historicista que permitía hacerse una idea de lo que era la casa de un gran artista del siglo XVII. Pero el inmueble tenía unos problemas tremendos de humedad y ventilación que no permitía la conservación correcta de muebles y cuadros, por lo que hubo que llevarlos al Museo de Bellas Artes. Después se pensó en un nuevo proyecto más virtual, con audiovisuales que narrasen la Sevilla de Murillo y con algunas salas dedicadas a exposiciones temporales… Pero, si no hay medios para el Museo, imagínese usted para la Casa Murillo, al final aquello ha quedado como un edificio administrativo.

    viernes, 13 de septiembre de 2019

    IV Encuentro de Asociaciones de Patrimonio de las provincias de Sevilla y Córdoba (Écija, 5 de octubre 2019)

    IV Encuentro de Asociaciones de Patrimonio 
    de las provincias de Sevilla 
    y Córdoba (Écija, 5 de octubre 2019)


    La Federación Nacional en Defensa del Patrimonio comunica que ya está en marcha los preparativos para el IV Encuentro de Asociaciones de Patrimonio de las provincias de Sevilla y Córdoba

    Los anteriores Encuentros se celebraron en Marchena (2016), Aguilar de la Frontera (2017), Carmona (2018). Se va a celebrar en la ciudad de Écija el próximo 5 de octubre de 2019.

    La idea de este Encuentro, en principio, es hacer las presentaciones de las Asociaciones participantes, dando la bienvenida especialmente a aquellas que acuden por primera vez. 

    Por la mañana tendrán lugar diferentes intervenciones de los participantes. Por la tarde, tras el almuerzo, está prevista una visita turística. 

    La organización corre a cargo de la Asociación anfitriona, la Asociación “Amigos de Écija”, que este año cumple 40 años desde su fundación. Está preparando tanto el cartel anunciador como los temas que vayan a tratarse, todos ellos relacionados con el PATRIMONIO, cómo defenderlo y cómo promocionarlo. 

    Como no podía ser de otra forma se aceptan sugerencias de todos vosotros. 

    Contacto a través de: federacionndpatrimonio@gmail.com (Federación Nacional en Defensa del Patrimonio. Tlfs. 680 53 35 12 (Juan Méndez) y 648 75 06 41 (Antonio Díaz Ramos).

    Un cordial saludo de Antonio Díaz Ramos. 

    NOTA: El encuentro esta abierto está abierto a todas las Asociaciones que quieran asistir.




    sábado, 31 de agosto de 2019

    España a través de los mapas. E.S.O.

     España a través de los mapas. E.S.O.


    En esta Web encontrarás materiales que complementan los contenidos de Geografía de España que se estudian en la ESO. 

    A través del texto del mapa central podrás descubrir diferentes materiales complementarios o, pulsando en los botones correspondientes, realizar una serie de actividades e, incluso, evaluar tu aprendizaje. 

    Los contenidos están organizados en cuatro bloques temáticos:

    • Organización territorial: aquí podrás analizar la posición de España en el contexto mundial y europeo, así como la organización territorial española.
    • Medio Ambiente: en él descubrirás la diversidad natural de España, el patrimonio natural y cultural con el que cuenta, así como la problemática ambiental que registra.
    • Ocupación y procesos territoriales: tras conocer los cambios territoriales más significativos que ha experimentado España, ver�s cómo han influido en ello las diferentes actividades económicas, y cómo se organizan actualmente los espacios urbanos y la población.
    • Desequilibrios territoriales: aquí se muestran las diferencias y desigualdades que, desde diferentes puntos de vista (económico, demográfico, etc.), existen entre las regiones españolas.

    Organización territorial: España en el contexto mundial y europeo

    Organización territorial: España en el contexto mundial y europeo

    España está situada en el extremo suroccidental del continente europeo: entre el Océano Atlántico y el Mar Mediterráneo, entre Europa y áfrica, entre la zona templada del planeta y la subtropical. Su papel en el contexto mundial ha ido evolucionando a lo largo del siglo XX. Inicialmente aislada, durante la primera parte de la dictadura franquista, fue incorporándose a partir de los años cincuenta del pasado siglo en distintos organismos internacionales. A su vez, y por una combinación de razones históricas y estratégicas, ha mantenido vínculos más estrechos con algunas áreas preferentes: Europa, Iberoamérica y el Mediterráneo. España forma parte del reducido conjunto de países más ricos del mundo. Si consideramos el "índice de desarrollo humano" (IDH) su posición la sitúa, en 2004, en el puesto diecinueve. Eso significa que sus habitantes tienen, en promedio, unas condiciones de vida mucho más favorables que buena parte de los que forman la amplia lista de 177 estados con la que se ha elaborado ese índice.

    Tanto la problemática social, como la económica y ambiental, presentan un rasgo característico en el siglo XXI: la globalización, que puede tener algunas consecuencias positivas, pero también negativas. ésta se caracteriza por una creciente interdependencia de las economías mundiales, donde unas ejercen el papel de potencias hegemónicas y otras ocupan posiciones subordinadas. Así existen profundos desequilibrios económicos y sociales, a los que se suman los de carácter ambiental. En el otro lado de la balanza destaca la universalización, proceso que intenta promover un sistema de valores éticos, común para todos los estados, y basado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas (ONU). Una iniciativa relativamente reciente, también propiciada por esta organización, es la Declaración del Milenio, que pretende paliar las desigualdades económicas y sociales, y dar respuesta a los problemas ambientales.

    Dentro de este contexto mundial España se localiza en Europa y, desde 1986, pertenece a la Unión Europea. Esta organización se creó después de la Segunda Guerra Mundial, y aunque inicialmente fue concebida con unos objetivos estrictamente económicos, éstos se han ido ampliando en las décadas posteriores. Muestra de ello es la propia evolución de la UE, su funcionamiento institucionaly las actuales políticas comunitarias.

    La actual UE se localiza en un ámbito donde la ocupación del territorio ha sido antigua e intensa, los procesos de urbanización generalizados, y el desarrollo económico y los índices de bienestar son altos. Sin embargo, existen profundas diferencias en su seno, resultado de la fragmentación territorial y política, y de los contrastes económicos, sociales y culturales. Estos aspectos se reflejan en el análisis de diferentes indicadores socioeconómicos (densidadPIB y tasas de actividad y paro) e informes ambientales. Para disminuir esas desigualdades, la UE ha desarrollado una política regional con unos objetivos, y unos instrumentos financieros, que intentan compensar esas diferencias.

    Por lo que respecta a España, y tras Constitución de 1978, ésta quedó definida como una nación integrada por nacionalidades y regiones, con capacidad de autogobierno. La actual organización territorial española se estructura a través de distintas unidades administrativas, que corresponden a diferentes escalas: Comunidades Autónomas, provincias y municipios. Por lo que respecta a las primeras, y tras un proceso de casi tres años (1980-1983), se constituyeron un total de 17 comunidades. Posteriormente, en el año 1995 y de acuerdo también con las posibilidades que ofrecía la Constitución, las dos ciudades españolas ubicadas en el norte de áfrica -Ceuta y Melilla- adquirieron el estatuto de Ciudades Autónomas.

    Las 17 Comunidades Autónomas presentan diferencias, tanto con respecto a su dimensión y densidad de población, como a sus variados orígenes históricos y a su situación socioeconómica. Todas las Comunidades Autónomas tienen capacidad de autogobierno en materia ejecutiva (cada una cuenta con su gobierno autonómico), legislativa (tienen parlamentos, con diversas denominaciones) y algunas de ellas, judicial. Los estatutos de autonomía, recientemente reformados o en proceso de reforma, establecen para cada comunidad su estructura político-administrativa y desarrollan sus competencias, dentro de los límites que establece la Constitución.

    Las Comunidades Autónomas se organizan en provincias y municipios. Pero de acuerdo con la Constitución y con sus respectivos estatutos, algunas han establecido otras circunscripciones administrativas como, por ejemplo, las Comarcas.

    Medio ambiente.
    https://www.ign.es/espmap/mapas_ma_eso/pdf/MedioESO_Mapa_01_texto.pdf

    Mapa de el Relieve de España

    Las características ambientales de España dependen, por una parte, de un conjunto de factores (relieve, clima, etc.) y procesos naturales (geodinámica terrestre, dinámica atmosférica, etc.) y, por otra, de la relación que los seres humanos han mantenido con la naturaleza a lo largo del tiempo. Por su parte, los factores y procesos naturales están muy condicionados por la posición geográfica que ocupa España. Así, por ejemplo, su relieve es el resultado del choque entre la placa africana y la placa euroasiática; una buena parte de sus características climáticas se explican por su localización entre la zona templada y la subtropical, así como por la posición de la Península Ibérica entre el océano Atlántico y el mar Mediterráneo. El clima, a su vez, condiciona la disponibilidad de agua y la organización de la vegetación. La interrelación de estos factores, a lo largo de un dilatado periodo de tiempo, ha dado lugar una gran diversidad natural en España.

    El relieve peninsular se organiza en grandes unidades en torno a una altiplanicie interior, la Meseta, que está situada a más de 600 m sobre el nivel medio del mar. Ésta, a su vez, aparece dividida en dos submesetas por el Sistema Central: Submeseta Norte y Submeseta Sur. En conjunto, la Meseta ocupa una superficie que representa el 45% del total de España. En torno a ella se localizan los rebordes montañosos, las depresiones exteriores y las cordilleras exteriores. A todo ello se suma que España también cuenta con dos archipiélagos: Baleares y Canarias. En la construcción del relieve intervienen tanto los procesos vinculados a la dinámica interna (tectónica, vulcanismo, etc.) de la Tierra, como otros que dependen de los agentes externos (agua, viento, etc.) y dan lugar a diferentes geoformas. La actividad humana ha sabido adaptarse a las distintas posibilidades que ofrecía cada tipo de relieve, aunque en ocasiones ha alterado negativamente su dinámica natural.

    La diversidad climática es otro de los rasgos que caracteriza las condiciones naturales de España. Esta diversidad se debe a un conjunto de factores: su localización en un área del planeta que unas veces es afectada por las masas de aire frío procedentes del norte, y otras por las cálidas del sur, lo que da lugar a marcados contrastes estacionales; la influencia el mar, que explica las diferencias entre el clima del interior peninsular y el del litoral; así como la existencia de un relieve compartimentado, que modifica localmente las condiciones climáticas generales. En la vida cotidiana, la observación de fenómenos meteorológicos nos permite percibir cómo van cambiando los tipos de tiempo a lo largo del año. Pero en las últimas décadas, y como consecuencia de la actividad humana, se están produciendo cambios de otra índole -que los científicos denominan cambio climático-, de cuyas consecuencias negativas es necesario tomar conciencia.

    España, en su conjunto, no puede considerarse como un país seco en el contexto mundial. No obstante, los recursos hídricos disponibles muestran enormes diferencias entre unas regiones y otras, debidas a la diversidad climática de su territorio. El acceso al agua constituye uno de los problemas territoriales más importantes. La incertidumbre sobre la disponibilidad de agua, en gran parte del territorio español, ha obligado a crear importantes infraestructuras para su captación y transporte. Estas actuaciones se han combinado con la creación de una organización administrativa específica: las confederaciones hidrográficas.

    Los seres vivos, los ecosistemas y, con ellos, los paisajes naturales españoles también presentan una importante diversidad. Ésta se debe a la gran variedad de climas, tipos de relieve, sustratos y suelos de su territorio. En función de lo anterior, y teniendo en cuenta las características de la flora española, se pueden diferenciar tres grandes regiones biogeográficas: la Eurosiberiana, la Mediterránea y la Macaronésica. Cada una de las regiones presentaba, antes de su alteración histórica por las actividades humanas, una vegetación en equilibrio con las condiciones ecológicas de cada lugar. Sin embargo, la sustitución de la vegetación preexistente por tierras de cultivo, pastos o espacios edificados ha supuesto una importante reducción de la superficie forestal y, en general, de los ambientes naturales.

    Las relaciones entre los seres humanos y la naturaleza unas veces son de signo positivo pero otras, cuando se generan problemas ambientales, los son de signo negativo. En el análisis de la problemática ambiental se combina por una parte, el estudio de los riesgos naturales y, por otra, las alteraciones de los procesos naturales inducidas por las actividades humanas. Sólo una visión global de ambos aspectos, y de sus interacciones, permite responder de forma adecuada y prevenir o minimizar los daños.

    Los procesos naturales capaces de generar riesgo son muy diversos aunque, en España, los que causan mayores pérdidas son de origen climático (viento, temperaturas extremas, tormentas�) o hidrológico (inundaciones). Las actuaciones humanas susceptibles de dañar el medio son aún más diversas, aunque en nuestro territorio destacan algunas como la deforestación, la erosión del suelo, y los incendios forestales. A todo ello se suman diversos tipos de contaminaciónproducidos por un manejo incorrecto de vertidos, por la emisión de contaminantes a la atmósfera, o por una inadecuada gestión de los residuos. No obstante, en los últimos años las políticas ambientales intentan afrontar estos problemas, y se están mejorando algunos procesos como, por ejemplo, el tratamiento de residuos urbanos.

    Entre las acciones humanas de signo positivo, destacan las realizadas para conservar el patrimonio natural y cultural, ámbito en el que España posee importantes recursos. La red nacional de espacios naturales protegidos es una de las más amplias de Europa y, si fuese gestionada adecuadamente, proporcionaría los medios necesarios para garantizar la conservación de una muestra representativa de nuestros ecosistemas, especies, paisajes u otro tipo de elementos del patrimonio natural y cultural español. Cada vez existe una mayor sensibilidad por compatibilizar la conservaciõn con el disfrute público, por lo que la superficie protegida se ha incrementado notablemente en las últimas décadas, tanto en España como en el resto del mundo.

    Ocupación y procesos territoriales.
    https://www.ign.es/espmap/mapas_ocupacion_eso/pdf/OcupaESO_Mapa_01_texto.pdf

    Superficie Artificial 1987-2000

    La forma en la que los seres humanos ocupan el territorio expresa cómo es su sistema económico, su cultura y cómo se relacionan con la naturaleza. Los procesos de ocupación territorial varían a lo largo del tiempo, pues cada sociedad usa los recursos y transforma el territorio de una manera diferente.

    Desde el punto de vista territorial, un indicador de estas transformaciones es el proceso de artificialización del suelo, es decir, la superficie del territorio -natural o agraria- que ha sido transformada para instalar en ella usos residenciales, comerciales, industriales, equipamientos públicos o diferentes infraestructuras. Este proceso se ha incrementado significativamente en las últimas décadas, como se observa en el mapa adjunto. Se trata de un fenómeno que se ha generalizado por todo el territorio, pero que resulta especialmente significativo en la costa mediterránea y en el área metropolitana de Madrid. Para comprender estos cambios recientes, y sus consecuencias, es necesario analizar cómo las actividades económicas han transformado el territorio.

    Las actividades agrarias fueron el soporte de la economía española hasta prácticamente la primera mitad del siglo XX. Desde entonces, y como consecuencia de las transformaciones experimentadas por el modelo económico, estas actividades han ido perdiendo progresivamente peso económico y social, aunque todavía utilizan extensas áreas del territorio. En el año 2006 la población activa agraria, que hace treinta años suponía el 20 % del total, apenas supera ahora el 5 %, no deja de descender y está cada vez más envejecida. A pesar de esta evolución, la agricultura española se ha modernizado notablemente y ha mejorado mucho su productividad. Actualmente España cuenta con un rico mosaico de sistemas y paisajes agrarios, muchas veces herencia del pasado, que constituyen un valioso patrimonio ambiental y cultural.

    España se incorporó tardíamente a la primera revolución industrial del siglo XIX, que sólo alcanzó a algunas comarcas de Cataluña, el País vasco o Asturias, especializadas en actividades textiles o minerometalúrgicas. A partir de los años sesenta del siglo XX, España se convirtió ya plenamente en un país industrializado y desde entonces ha reforzado esa posición. La distribución espacial de la industriaen España refleja grandes contrastes, tanto por lo que se refiere a las personas ocupadas, la producción obtenida o las inversiones de capital que deben hacer las empresas. Esa desigual localización no es casual, sino que se relaciona con la presencia de factores que atraen a las empresas: buenas comunicaciones, recursos naturales, áreas urbanas con mucha mano de obra y capacidad de consumo, cultura empresarial, etc.

    Otra actividad que ha contribuido de forma notable en la economía española, así como en la transformación territorial y social de algunas Comunidades Autónomas, es el turismo. Tras un proceso iniciado en la década de los sesenta del siglo XX, España es actualmente uno de los principales destinos turisticos del mundo, pues el numero de turistas extranjeros no ha dejado de aumentar. En su primera etapa, los visitantes se orientaron hacia el denominado turismo de sol y playa, por lo que las actividades turisticas se localizaron fundamentalmente en las costas de Levante, Andalucía, Baleares y Canarias. En la actualidad se está produciendo una diversificación de las preferencias de los turistas ( turismo rural , cultural, de negocios, etc.), por lo que otras regiones españolas se están incorporando como nuevos destinos. Aunque el turismo genera riqueza, su implantación en algunas zonas ha tenido un coste ambiental elevado.

    Fruto del desarrollo experimentado, la economía española es actualmente una economía de servicios, de los que todos somos usuarios o consumidores. En ellos trabaja una amplia mayoría de la población ocupada en España, y representa el sector económico donde hay más mujeres incorporadas al mercado laboral. El mayor volumen de empresas y empleos en actividades de servicios se concentra en las provincias más pobladas y ricas, que cuentan también con las mayores aglomeraciones urbanas, aunque en los últimos años se constata un crecimiento notable de estas actividades en otras zonas como, por ejemplo, en el litoral mediterráneo, en provincias que limitan con las aglomeraciones metropolitanas o en algunas del interior peninsular. Un indicador de la progresiva incorporación de los españoles a la sociedad de consumo es la proliferación que, en las tres últimas décadas, han tenido los centros comerciales.

    La evolución de las actividades económicas ha ido trasformando también las ciudades españolas, que son el resultado de un largo proceso de urbanización. A pesar de los grandes cambios experimentados a partir de la segunda mitad del siglo XX, muchas ciudades aún conservan vestigios de su pasado, y en ellas pueden reconocerse las distintas fases de su evolución urbana. Hoy la población española se concentra en las ciudades, siendo la segregación residencial un rasgo característico de la organización de las áreas urbanas. Esta concentración de la población ha generado en España una red urbana desequilibrada y ha dado lugar a profundos cambios, tanto en el interior de las ciudades como en su periferia. En el interior, la rehabilitación y las grandes operaciones urbanas son prácticas de intervención usuales en la actualidad. En la periferia, el modelo de crecimiento urbano disperso -que tiene un alto coste ambiental- se está generalizando por todo el territorio. En las últimas décadas, el crecimiento de la superficie urbanizada en España ha sido espectacular, y muy superior al de los países de su entorno europeo.

    La dispersión de las actividades económicas y el crecimiento de los espacios urbanos han incrementado la movilidad espacial, lo que ha producido un importante desarrollo de las redes e infraestructuras de transportes y comunicaciones. En España, el transporte de mercancías y personas se realiza prioritariamente a través de la red de carreteras. En contrapartida, el ferrocarril ha quedado relegado a un lugar secundario, situación que está comenzando a cambiar por la construcción de redes de alta velocidad. El tráfico aéreo ha aumentado enormemente en las últimas décadas, mientras que el transporte marítimo es el más utilizado para el movimiento de mercancías. Por último, los sistemas de comunicación han experimentado, en los últimos veinte años, un asombroso progreso, generalizándose el uso de los medios de comunicación, sobre todo de los audiovisuales.
    Como consecuencia de las profundas transformaciones económicas, sociales, políticas y culturales que ha experimentado España, la dinámica y estructura de la población española han cambiado profundamente a lo largo del siglo XX. Por un lado, se ha duplicado su población: de los 18.594.405 habitantes que había en 1900 se ha pasado a 44.108.530 en 2006, pero su distribución es muy desigual. A su vez, de ser un Estado que daba premios a las familias numerosas de cinco y más hijos, hoy se ha convertido en uno de los países del mundo con menor natalidad y tendencia al envejecimiento. Por otro lado, de ser un país en el que predominaba la emigración, por lo menos hasta 1975, ahora lo hace la inmigración. Por último, también se ha modificado sustancialmente la distribución de la población ocupada por sectores económicos.

    El modelo territorial actual se caracteriza por la dispersión de las actividades y la población, lo que implica un elevado consumo de recursos (agua, suelo, energía), el incremento de los riesgos naturales y de la contaminación. La producción y consumo de energía eléctrica ha experimentado un gran crecimiento en España, al tiempo que ha incrementado su dependencia del exterior, pues la mayor parte se genera a partir de combustibles fósiles. En los últimos años se está realizando un esfuerzo por desarrollar energías alternativas, que tienen un menor coste ambiental y reducen la dependencia externa.


    Desequilibros territoriales.
    https://www.ign.es/espmap/mapas_desequilibrios_eso/pdf/DesESO_Mapa_01_texto.pdf

    Producto Interior Bruto Per C�pita

    En España existen actualmente importantes desequilibrios territoriales que, entre otros aspectos, se explican por factores geográficos, la desigual distribución de recursos, la evolución histórica, las características del modelo económico y las decisiones políticas. Estos desequilibrios pueden ser de índole administrativa, económica y social, demográfica o relacionados con la sociedad del conocimiento. Por lo que respecta a los primeros, junto a razones históricas, hay que tener en cuenta el proceso de descentralización que, tras la aprobación de la Constitución de 1978, se produce en España con la creación del estado de las autonomías

    El traspaso de competencias desde la administración central a las autonómicas está siendo un proceso largo que, a su vez, presenta diferencias notables según los territorios. A pesar de que la Constitución intenta reducir las desigualdades a través del principio de solidaridad, la realidad es que si se analizan diversos indicadores (económicos, sociales, demográficos) se constata la persistencia de desequilibrios.

    En España existe una distribución desigual de los recursos económicos lo que, a su vez, genera desigualdades sociales. A partir de los años sesenta del siglo XX, y como consecuencia de la revolución urbano-industrial, se incrementaron las desigualdades entre las áreas urbanas y las rurales, así como entre las regiones industriales y turísticas frente a las agrícolas. Posteriormente, tras la crisis económica de los años setenta del pasado siglo, se produce un espectacular crecimiento del sector terciario y, con ello, una reorganización de los principales ejes económicos. En la actualidad, éstos se han trasladado desde la cornisa cantábrica hacia las regiones mediterráneas, mientras que Madrid sigue manteniendo su importancia económica. 

    La distribución del Producto Interior Bruto (PIB) per cápita refleja los desequilibrios económicos. Éstos se han acentuado entre las regiones que han experimentado un mayor crecimiento económico y las que han quedado al margen de este proceso. Entre las primeras se sitúan las que concentran actividades industriales -altamente productivas- con dotaciones de parques empresariales y tecnológicos, servicios especializados, o aquellas en las que se ha desarrollado la actividad turística; entre las segundas, lo hacen aquellas cuya economía no ha sido capaz de adaptarse a los cambios recientes. Aunque en los últimos decenios la evolución de la población activa muestra un incremento de las tasas de actividad y de empleo, y un descenso de la tasa de paro, este proceso ha sido desigual según las regiones, dependiendo de su actividad económica.

    Otro indicador que pone de manifiesto los desequilibrios económicos y sociales en España es la renta disponible de los hogares por habitante. Ésta permite aproximarnos a las condiciones de vida de la población, y establecer comparaciones entre las diferentes Comunidades Autónomas. En paralelo, la tasa de riesgo de pobreza realza estas desigualdades, pues es más alta en las regiones económicamente más deprimidas, o en aquéllas donde la distribución de la riqueza es más desigual. Finalmente, el Índice de Desarrollo Humano (IDH) ofrece una visión de conjunto y permite conocer mejor el grado de bienestar de los habitantes de cada Comunidad Autónoma. En 2000 tan sólo ocho Comunidades Autónomas presentan un valor de este índice por encima de la media española, lo que pone de manifiesto los desequilibrios existentes.

    En España existen también notables desequilibrios demográficos. Si se analiza la densidad de la población a escala autonómica, los mayores contrastes se producen entre Madrid y las Comunidades situadas en el entorno del Mediterráneo, por un lado, y las del interior, por otro. Por su parte, el mapa de la densidad provincialdel año 2006 matiza mejor algunos de los contrastes demográficos actuales. 

    El mapa de densidades municipales muestra que la población, como si se tratara de manchas de aceite, se distribuye en el territorio a partir de las principales ciudades y siguiendo las vías de comunicación. A su vez, las diferencias demográficas entre los municipios son notables, pues el 96,6% de la población española se concentra en tan sólo el 39,7% de los municipios, lo que indica que dos de cada tres municipios están casi despoblados. También los movimientos migratorios han incrementado, en algunos casos, las disparidades demográficas. Los recién llegados se asientan básicamente en los lugares con una economía más dinámica, puesto que en esas zonas suele ser más fácil encontrar un puesto de trabajo. El impacto de los inmigrantes en la demografía es importante: aumenta el total de efectivos, hay más demanda sanitaria y educativa, se incrementan las cotizaciones a la Seguridad Social, existe mayor diversidad cultural, pero también se suscitan problemas de integración social y pueden aparecer brotes de xenofobia. España tiene actualmente un importante reto: desarrollar una sociedad intercultural.

    La difusión de las tecnologías de la información y comunicación (TIC) está cambiando sustancialmente los modos de vida. Pero su aplicación desigual ha incrementado en España los contrastes territoriales, al tiempo que ha generado nuevos desequilibrios vinculados, en este caso, a la sociedad del conocimiento. La importancia de este fenómeno, relativamente reciente, se observa en las estadísticas del equipamiento de nuevas tecnologías en los hogares españoles. En el año 2005, al menos la mitad de las viviendas españolas ya poseen un ordenador, y se acercan al mismo porcentaje las que disponen de conexión a Internet. Los mayores porcentajes de hogares con acceso a la red se localizan, sobre todo, en el cuadrante nororiental de la Península Ibérica y Baleares, por tanto, en relación directa con los niveles económicos y culturales de la población. El elevado fracaso escolar, unido a la escasa incidencia de la formación continua, sobre todo si se compara con otros países de nuestro entorno, indican que un porcentaje importante de personas en España están en riesgo de quedar al margen de la sociedad de la información. Otro indicador esencial para la sociedad del conocimiento es el nivel de inversiones de un país en investigación y desarrollo (I+D). Si en España se analiza lo que representan los gastos totales en I+D, sobre el PIB, se constata la existencia de importantes desequilibrios entre las diferentes Comunidades Autónomas.

    La política regional de la Unión Europea intenta, a través de los Fondos Estructurales, reducir los desequilibrios territoriales, tanto entre los estados miembros como en el interior de cada uno de ellos. En España se empiezan a notar sus efectos, pues en los últimos años estas diferencias interregionales comienzan a reducirse. A ello también ha contribuido un conjunto de medidas adoptadas por el estado español como, por ejemplo, los programas de desarrollo regional, los proyectos de desarrollo local, la creación del fondo de compensación interterritorial (FCI), etc.